Aventuras en sidecar (parte 2)
Lo que aconteció desde aquella maravillosa visita a Kaunas, al oeste de Lituania hasta la llegada a España, ha sido todo un sinfín de aventuras, averías y de lucha contra el tiempo, los elementos y el acero ruso que ahora mismo os contaré.
1a. Avería
El lunes llevaron la moto a un taller de la zona, Motogama, en Vilnius y después de varias comprobaciones, resolvimos que el problema era de batería y regulador así que el equipo de Motogama nos consiguió para el martes un regulador electrónico nuevo y una batería usada pero que nos hacía el apaño. Con esto el martes pudimos comenzar el viaje de regreso a España pero, apenas llegamos a Polonia, en la primera parada, la moto se paró sin ánimo de volver a ponerse en marcha. Después de volver a sacar conclusiones sin fundamento por la falta de herramientas, nos declinamos a que la moto fallaba de reglaje de válvulas y tenía una válvula pisada, ya que cuando la moto se enfriaba un poco, esta volvía a ir durante un rato bien. Después de un descanso, volvimos a emprender viaje y fue llegando a una ciudad llamada Augustów donde se volvió a parar de nuevo y después de 1,5 kms empujando de ella, encontramos una casa donde por 21€ nos dieron alojamiento y una buena ración de picadas de mosquitos. Debido a la hora que llegamos y la falta de medio de transporte, esa noche no hubo cena.
Vamos a repararla….de nuevo!!!
Al día siguiente, la moto arrancó como si nada le pasara y después de hablar con las gentes de la zona que una vez más volvieron a sorprendernos por su amabilidad, nos recomendaron un taller donde tocaban este tipo de motos, así que fuimos para allí. El dueño del taller, muy amable y previo presupuesto, nos dijo lo que nos haría, reglaje de válvulas e instalación del nuevo regulador que nos habían regalado en el taller anterior. Como para poder realizar el ajuste de válvulas era necesario que el motor se enfriara, nos fuimos a visitar la ciudad de Augustów. Ciertamente es una ciudad muy bonita y cuidada, con su lago, sus parques, una gran catedral y mucho ambiente.
Cuando regresamos a la tarde al taller, a los problemas que tenía la moto, se le habían sumado bujías en mal estado y también se le hizo un cambio de aceite. Con todo esto y a ritmo tranquilo, el mecánico nos dijo que podíamos volver a casa y ciertamente la moto fue estupenda durante aquella jornada hasta que llegó la tarde y de nuevo comprobamos que cuando estaba caliente se paraba y no volvía a arrancar hasta que se enfriaba. Si a esto le sumas que después de habérsele hecho nivel de aceite en el taller, la moto pedía más aceite, nos dimos cuenta de que probablemente el problema principal era que el motor en sí estaba en las últimas y requería de hacer aros y asientos de válvulas. También nos dimos cuenta que la moto iba algo mejor por la noche que por el día, ya que se calentaba menos así que decidimos hacer una larga tirada nocturna hasta que la moto no pudo más y pudimos acampar en una zona verde que encontramos entre la carretera y las vías del tren. No sabemos si en Polonia estaba permitida la acampada libre pero….»Si no quieres llevarte una mala respuesta, no hagas una mala pregunta».
Vamos a madrugar!!!
Aquella noche tuvimos «la gran idea» de madrugar mucho para recorrer lo máximo posible, pues bien, nos despertamos a las 10:00 y a las 11:00 aún no habíamos salido. Levantar un campamento cuesta!!
Por fin salimos y a menos de 30 kms. la moto empezó a funcionar extremadamente mal, un sexto sentido me dijo que podría ser tema de carburador y empezamos a toquetearlos consiguiendo que fuera algo mejor.
Comienzan las ñapas…
De repente, como por arte de magia, llegando a un pueblo perdido de la Polonia central, el mando del acelerador dijo «basta». Se des-soldó una pieza que impedía dar gas así que, hicimos una ñapa con un alambre en forma de anillo. No os podéis imaginar lo divertido que resulta girar con un sidecar hacia la izquierda con tu mano izquierda mientras que en el aire estiras de un cable del lado derecho hacia tí, restando fuerza a tu brazo izquierdo. Tuvimos suerte de no estamparnos contra nada ni nadie. Encontramos un taller de bicis que en Polaco nos explicó donde encontrar un taller de motos pero cuando vió el «percal», no tuvo huevos a repararlo.
Amigos, cuando tengáis un problemon en vuestro coche o moto, cuando nadie más se atreva con él, tratad de encontrar un taller Renault. Ellos siempre podrán repararlo. Si pueden reparar sus propios coches, son capaces de reparar todo lo demás!! Y así lo hicimos, el mecánico de la Renault se atrevió a meterle mano a la Dnepr y volverla a dejar estupenda y encima no nos quiso cobrar. Parecá que podíamos proseguir con nuestras aventuras en sidecar!!! Pudimos hacer 80 kms más hasta que se volvió a parar. He de decir que entre avería y avería gorda, la Dnepr nos iba dando durante el viaje pequeñas sorpresitas como pérdida de tornillos por vibraciones que hicieron que quedaran de medio lado piloto trasero, matrícula, soporte de batería, cuentakilómetros y no sé cuantas cosas más que fuimos apretando y enbridando a medida que íbamos perdiendo tornillos. La moto llevaba puesto prácticamente un paquete entero de bridas del chino a lo largo de toda la moto. De nuevo volvimos a hacer una gran tirada, hasta llegar a Varsovia y cenar allí en una pizzería donde los que pasaban por delante nos saludaban y cuando les contábamos nuestra hazaña nos invitaban a sus casas a tomar café y descansar. Pensándolo en frío, debíamos de darles mucha pena. Después de cenar seguimos para delante con la idea de aprovechar la noche que era cuando mejor iba la moto para rodar y rodar y…a la 01:00 encontramos un camino alejado de la carretera donde volvimos a plantar tienda y volvimos a levantarnos tarde al día siguiente. Era viernes, recogimos todo y salimos de nuevo dispuestos a conseguir nuestro reto de llegar a Barcelona en marcha. Dejamos atrás Polonia y entramos en República Checa. La moto cada vez pedía más a menudo aceite y casi gastaba lo mismo de aceite que de gasolina así que después de una corta reflexión, decidí que era mejor dar por finalizado el viaje para proteger el resto de la moto. Llegamos a una gasolinera y allí pedimos la asistencia del Racc. He de reconocer que yo estaba muy tranquilo en todo momento porque aunque mi idea era llegar en marcha a casa, sabía que si no lo conseguía, el Racc me «rescataría» y me repatriaría la moto. Pues cuál fue mi sorpresa que al hablar con ellos y leer las cláusulas de sus condiciones, resulta que si el vehículo lleva matrícula temporal o extranjera, no se hacen responsables de la repatriación, sólo de las personas. Así que no me quedó otra alternativa que abandonar la moto en una base de grúas hasta que decida la manera de traerla a casa y a nosotros nos organizaron un retorno express a casa.
Aquí no acaba la aventura!!!
A las 18:30 nos venía a buscar un coche y nos llevaba a la estación de tren de Brno, allí debíamos de coger un tren a la 01:00 de la mañana con destino a Praga y hora de llegada las 04:00. Puesto que aún nos quedaban varias horas para coger ese tren, nos fuimos a visitar la ciudad de Brno y a cenar a una buena cervecería para «celebrar» el fin del viaje. El casco antiguo es bonito, vale la pena pasear por él y perderse por la noche por sus bares con un ambiente muy festivalero. No es difícil ver a la gente en algunos bares bailar sus bailes con música folklorica ni entablar conversación con ellos. Mientras que cenábamos en la cervecería se nos acercaron varias personas a preguntarnos por nuestro viaje y lo que hacíamos allí. Parece ser que les llamaba la atención nuestro lenguaje. Tampoco es nada difícil quedarse dormido en un tren a las 04:00 de la mañana….Nos fue de segundos pasarnos la estación pero por suerte nos bajamos a tiempo. Allí nos esperaba un taxi que nos llevaría al aeropuerto de Praga donde a las 07:00 de la mañana debíamos de coger un vuelo destino…..Bruselas!!
Menudo follón, allí llegábamos a las 08:30 y teníamos tiempo libre hasta la 13:00 que salía el siguiente avión destino esta vez sí, Barcelona. No soy nada conformista ni paciente así que no me iba a quedar casi 5 horas esperando en el aeropuerto al próximo avión así que, buscamos la manera de ir al centro de la ciudad y visitarla.
Bruselas??….Sí, pero no
A los que les gusten los edificio de la CEE, disfrutarán mucho allí, pero al resto, casi que te puedes ahorrar la visita. Nadie en la calle, ausencia de bares y comercios y mucho menos abiertos un sábado a media mañana. En fin, excepto un laguito, un parque y algunas casitas antiguas monas, el resto no me gustó nada.
Volvimos de nuevo al aeropuerto y allí tomamos el vuelo de vuelta a casa. Después de tantas aventuras no os imagináis lo agradable que es que por sorpresa te vengan a buscar tu mujer y tu hija. Eso sí que da alegría!!
Reflexión
Me siento afortunado de haber podido realizar estas aventuras en sidecar que, aunque parezca que todo han sido sorpresas desagradables, en realidad todo era de esperar y formaba parte del plan. Entre avería y avería hemos podido conocer bonitos lugares y mejores personas. Es importante no agobiarse cuando surge un problema porque si lo haces, te bloqueas y te cuesta más encontrar la solución. Mi compañero y yo trabajamos habitualmente ayudando a la gente que tiene los mismos problemas que nosotros cuando llegan a nuestra ciudad por lo que estamos curados de espanto pero no es fácil para algunas personas quedarse tirados en un país donde nadie te entiende y tú no tienes conocimientos de lo que le pasa a tu vehículo. Os aseguro que muchos de vosotros lo podéis llegar a pasar muy mal si os pasara esto porque lo veo en otras gentes cada día. Es por ello que se agradece muchísimo cuando la gente de allí te ve con un problema y, sin conocer tu idioma ni saber inglés, te intentan ayudar como pueden a que localices un taller, una tienda o a conseguirte a alguien de la zona con el que te puedas entender mejor. Por ello, os invito a que reflexionéis sobre esto y que entendáis que no es agradable ser extranjero y tener problemas. Así que, cuando veáis a alguien en apuros, ya sea de aquí o de allí, si en lugar de girar la cara para el otro lado haciéndoos los despistados, decidís invertir un poquito de vuestro tiempo en ayudar al que lo necesite, aunque no sepáis su idioma, si intentáis ayudar, seréis recompensados. No sólo con su agradecimiento, su sonrisa, una estrechez de manos o un amigo a partir de ahora en otro país, sino con la auto-satisfacción de saber que lo habéis hecho lo mejor posible, habéis ayudado y eso os reconfortará por dentro, os subirá el autoestima y os sentiréis mejores personas.
Hasta la próxima aventura!!!
muy buen reportaje, buena aventura. ¿Tanta diferencia hay de comprar la moto con side de alla a aquí?
Muy bueno!!!