Aventuras en sidecar (parte 1) Lituania

Aventuras en sidecar (parte 1) Lituania

Aventuras en sidecar (parte 1) Lituania. Como ya expliqué en el post anterior, la idea de este viaje era viajar a Lituania en avión, comprar allí una moto con sidecar y volver tranquilamente a España haciendo recorridos tranquilos de unos 300 kms cada día. La idea en un principio era hacerlo en solitario pero casi por casualidad, Jordi, un compañero de trabajo que está igual o peor que yo se ha animado a acompañarme en esta aventura donde le he avisado por activa y por pasiva que el plan es que no hay plan y que lo único que le podía prometer es que no olvidará este viaje en mucho tiempo. Le ha parecido perfecto así que, empieza el viaje!!! Pues bien, el jueves a la noche decidimos ir al aeropuerto puesto que el avión salía el viernes de madrugada y no valía la pena despertarse a las 02:00 de la mañana para coger un taxi que probablemente nos costaría una fortuna. Así que, fuimos el jueves por la noche y pasamos la noche en el aeropuerto.

No me gusta volar

Como algunos sabéis, no me gusta volar, pero a veces no queda más remedio así que, sólo queda relajarse, ponerse una peli y ver las nubes. Finalmente llegamos al aeropuerto de Vilnius, en Lituania a eso de las 11:00 de la mañana y todo nos pareció realmente sencillo, desde encontrar nuestro equipaje hasta llegar al primer Hostel, pasando por elegir el autobús correcto. Como más adelante iréis viendo, podemos garantizar que la gente en Lituania es amable e intenta ayudarte en lo que puede.

Pedazo de Hostel!!!

Cuando llegamos al Hostel, nos dicen que la habitación no estará lista hasta las 14:00 (eran las 12:30) porque la estaban limpiando. Nos pareció raro pero decidimos aprovechar el tiempo y quedar con uno de los vendedores de motos que había localizado a través de las webs lituanas. No hablaré más sobre Hostel, sólo decir que era una gran mierda, sólo tenía una cama de matrimonio que ocupaba toda la habitación. Y solo sobraba un palmo por delante hasta la puerta. En fin, en plazas peores hemos toreado. Lo que más me sorprendió es que miré debajo de la cama y estaba llena de mierda, así que no sé exactamente que estuvieron limpiando durante 1 hora y media.

Te gusta? La compramos? Venga!!

Desde el Hostel, quedamos con el vendedor y fuimos a su pueblo en taxi a ver la moto, estaba a 20 kilómetros de la ciudad. La moto es una DNEPR rusa de los años 90 con sidecar en un estado aparentemente aceptable, con toda la documentación en regla y un precio acorde a su estado. Los vendedores eran 2 militares un poco serios que respondieron lo mejor que supieron a nuestras preguntas. Después de probar la moto y negociar el precio final, decidimos comprar la moto. Yo había llevado varias fotocopias de contratos de compraventa lituanos y españoles que había conseguido de Google pero no hizo falta. Los militares nos llevaron a un centro técnico donde previo pago de la moto, se encargaron de tramitar toda la documentación del cambio de nombre. Ese centro se encarga tanto de pasar la inspección como de realizar el cambio de nombre y te entrega al momento tu nueva matrícula, en este caso temporal para poder circular con la moto hasta tu país de destino y poder hacer allí la nueva documentación. Esta matrícula tiene una caducidad de 1 mes. Y lo que más me sorprendió es que hacer todos estos trámites cuestan la friolera de 14,01€!!! Sí, amigos, una vez más, SPAIN IS DIFFERENT!!! Si quieres hacer lo mismo aquí, necesitas tener 2 o 3 días libres, pedir hora con anterioridad y pagar bastante más dinero por hacer lo mismo. Al cabo de 1 hora aprox. la moto estaba lista para circular con su nueva matrícula y con líquidos a tope, así que….nos preparamos para la primera toma de contacto. Empiezan las Aventuras en sidecar.

Uy!!! Esto se conduce diferente…

Después de la primera media hora de conducción sacamos varias cosas en claro:

  • Mi compañero decía que se iba de coña en el sidecar.
  • Confirmo que este tipo de motos corren más de lo que deberían.
  • La conducción no tiene nada que ver con una moto normal.
  • Estoy encantado de la compra que he hecho.

Cuando iba pensando en todas estas cosas, en una bajada de ralentí, la moto se paró y no volvió a encender por lo que la empujamos hasta cerca de un bar y decidimos comer algo mientras pensábamos en posibles fallos que podría tener. Después de comer, intentamos arrancarla y la moto arrancó a la primera, así que nos subimos rápido a ella y nos fuimos directos al Hostel sin cortar gas. Llegando al Hostel, la moto se volvió a parar, la aparcamos y nos fuimos a cenar y a tomar algo. Era sábado, estaba todo cerrado y la teoría que teníamos sobre la moto era que cuando se calentaba, la moto fallaba. Probablemente por avería eléctrica pero…cuál? Pensamos que si conseguíamos salir de la ciudad y coger carretera, tal vez podríamos llegar lejos tanto el sábado como el domingo para ir aprovechando el tiempo hasta que llegara el lunes y la pudiéramos dejar en algún taller. No conseguimos recorrer más de 16 kms con ella cuando la moto se paró de repente. Por suerte llegamos empujándola a una gasolinera y allí decidimos desmontar y comprobar varias partes de ella para poder sacar conclusiones. No os podéis imaginar cómo echamos de menos el no llevar un téster. Después de varias horas sacando conclusiones poco contrastadas, dado que eran ya las 19:30, decidimos llamar al Racc para que nos envíen una asistencia y nos echen un cable. Sólo diré que finalmente la asistencia llegó a las 02:00 de la mañana y que en aquella gasolinera en medio de la nada, hacía frío, estaba oscura y nos atacaron los mosquitos. Mucho antes de que llegara la grúa, un chico joven paró a ayudarnos y este, llamó a 2 amigos más que fueron viniendo a intentar ayudar a reparar la moto. Por suerte, les pedí si me podían dejar un téster para hacer varias comprobaciones y poder sacar un diagnóstico y llegamos a la conclusión de que todo el problema viene de la batería, que aunque era nueva, está comunicada y cortocircuita el sistema de arranque entre otras cosas. Nos hemos levantado el domingo algo cansados pero con ganas de conocer algo más de Lituania aunque sea sin moto, así que, ya que hasta el lunes no podemos hacer mucho por ella, hemos decidido ir a visitar Kaunas, a unos 100 kms al oeste de Vilnius. De camino allí nos hemos encontrado a Mika, un chico muy majo de 21 años que no solo nos acompañó a la estación, sino que decidió pasar con nosotros todo el día y enseñarnos su ciudad. Estuvimos paseando por todo el casco antiguo y probando las mejores cervezas y tapas de la zona. Pudimos ver la unión de los 2 ríos más grandes de Lituania así como el castillo y las iglesias más emblemáticas de la zona. Vuelvo a decir que nos ha sorprendido muy gratamente la amabilidad de las gentes de aquí. Finalmente tomamos de nuevo un tren hacia el hotel y pudimos descansar algo después de un día muy satisfactorio. Hoy lunes, toca recoger equipaje e ir a algún taller de la zona para poder reparar la moto y poder seguir camino, pero eso, es ya otra aventura que más adelante os contaré….

3 comentarios de “Aventuras en sidecar (parte 1) Lituania

  1. Frank Garcia dice:

    En el hostel los vería con muy buena relación y por eso les pusieron una cama matrimonio. Jajajaja. Es una bromita.

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